La urea es un subproducto clave en el metabolismo de las proteínas, que se forma en nuestro hígado y es excretada por nuestros riñones a través de la orina (1). Este componente es esencial para evaluar la función renal y el equilibrio proteico en nuestro cuerpo.
La importancia de la urea en nuestro organismo
Nuestro cuerpo produce urea como una forma de eliminar el amoníaco, una sustancia tóxica que se produce durante el metabolismo de las proteínas (1). Aunque es vista principalmente como un producto de desecho, la urea también juega un papel vital en la regulación del equilibrio de agua y sal en nuestro cuerpo (2). Por lo tanto, mantener los niveles adecuados de urea en la sangre es esencial para la salud general del cuerpo.
Valores correctos de la urea. Imagen de Darko Stojanovic en Pixabay
Funcionamiento renal y la urea
Como se mencionó anteriormente, los riñones juegan un papel crucial en la eliminación de la urea del cuerpo. Los niveles elevados de urea en la sangre, una condición conocida como azoemia, pueden indicar un problema con la función renal (3). Sin embargo, hay otras razones posibles para la azoemia, como la deshidratación o una dieta alta en proteínas.
¿Cuáles son los niveles normales de urea en la sangre?
Los niveles de urea en la sangre, también conocidos como BUN (del inglés “Blood Urea Nitrogen”), varían de una persona a otra y pueden verse afectados por factores como la edad, la dieta y la salud general del individuo. Por lo general, los valores normales de urea en la sangre deben estar entre 22 y 46 mg/dl (4). Cualquier variación en estos niveles puede indicar un problema de salud subyacente que requiere atención médica.
¿Cómo mantener los valores correctos de la urea?
La alimentación es un factor determinante en la regulación de los niveles de urea en la sangre (5). Mantener una dieta balanceada y saludable puede ayudar a prevenir los niveles altos de urea. Aquí te presentamos algunas recomendaciones para mantener tus niveles de urea bajo control:
- Hidratación: Bebe suficiente agua durante el día. La hidratación adecuada ayuda a los riñones a filtrar la sangre y eliminar los residuos, incluyendo la urea (6).
- Controla tu ingesta de proteínas: Si bien las proteínas son esenciales para la salud, el exceso de proteínas puede resultar en un aumento en la producción de urea. Intenta limitar el consumo de carnes rojas y lácteos, y opta por fuentes de proteínas más saludables como el pescado y las legumbres (7).
- Evita el exceso de minerales: Minerales como el fósforo, el sodio y el potasio pueden aumentar la carga de trabajo de tus riñones. Intenta limitar el consumo de alimentos altos en estos minerales (8).
Recuerda que es esencial contar con el asesoramiento de un profesional de la salud para ajustar tu dieta y estilo de vida de acuerdo a tus necesidades individuales.
Mantener los niveles correctos de urea en el cuerpo es esencial para nuestra salud. Aunque la urea es un producto de desecho, juega un papel clave en el equilibrio del cuerpo. Es importante mantener un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada para asegurar que nuestros riñones estén funcionando correctamente y mantener los niveles de urea bajo control.
Referencias:
- Felipo, V. (2013). Amoníaco, ciclo de la urea, el cerebro y la fatiga. Neurochem. Int., 63(4), 277-281.
- Banks, R. (2018). Urea y el valor clínico de medir la concentración de urea en sangre. Acute Med. Surg., 5(3), 213-217.
- Ahn, H. (2014). Uremia: Una perspectiva histórica sobre las causas y tratamientos. Nephrol. Dial. Transplant., 29(11), 2069-2076.
- Levey, A. S., & Coresh, J. (2012). Enfermedad renal crónica. Lancet, 379(9811), 165-180.
- Poortmans, J. R., & Dellalieux, O. (2000). ¿Las dietas altas en proteínas regulares tienen posibles riesgos para la salud en la función renal en atletas? Int. J. Sport Nutr. Exerc. Metab., 10(1), 28-38.
- Manz, F. (2007). Hidratación y enfermedad. J. Am. Coll. Nutr., 26(sup5), 535S-541S.
- Hoffman, J. R., & Falvo, M. J. (2004). Proteína: ¿Cuál es la mejor? J. Sports Sci. Med., 3(3), 118-130.
- Sullivan, C., Sayre, S. S., & Leon, J. B. (2009). Efecto de los aditivos alimentarios sobre la hiperfosfatemia en pacientes con enfermedad renal en etapa terminal: un ensayo controlado aleatorio. JAMA, 301(6), 629-635.