En el complejo engranaje que es nuestro sistema inmunológico, descubrimos una gran variedad de células que cumplen la función vital de defendernos contra bacterias, gérmenes y virus que buscan invadir nuestro organismo. Aquí encontramos a los neutrófilos, un tipo de glóbulos blancos o leucocitos que realizan una función crucial en nuestro cuerpo para mantenernos saludables (1).
¿Qué son los neutrófilos?
Los neutrófilos corresponden al 50-70% del volumen de glóbulos blancos que tenemos en la sangre, y desempeñan una labor fundamental en la eliminación de agentes patógenos e infecciosos, además de partículas sólidas y residuos celulares (2). Estos valientes defensores están en la primera línea de batalla en nuestro sistema inmunológico, siempre listos para atacar y eliminar cualquier intruso dañino.
Valores Normales de Neutrófilos: Formas de Regularlos. Foto por ColiN00B Pixabay
Pero, al igual que con todas las células que componen nuestro organismo, es crucial mantener un nivel adecuado de neutrófilos en la sangre. Entonces, ¿cuáles son los valores ideales? Echemos un vistazo más de cerca.
Valores normales de neutrófilos
Según los especialistas de la salud, los resultados de un hemograma deben arrojar un volumen de neutrófilos de entre 2.000 y 7.500/ml para que el paciente sea considerado saludable (3).
Un recuento bajo de neutrófilos, o neutropenia, puede ocurrir como resultado de enfermedades subyacentes como la leucemia o ciertos tipos de anemia. También puede ser un factor hereditario. Cuando esta condición se agrava, las bacterias normales de la boca y el sistema digestivo pueden atacar al organismo, produciendo enfermedades delicadas.
Por otro lado, puede suceder que los valores de neutrófilos sean demasiado elevados. Esto se conoce como neutrofilia, que generalmente es causada por infecciones o altos niveles de estrés (4).
Medición de los neutrófilos
Si deseas conocer cuál es la cantidad de neutrófilos que se encuentran en tu torrente sanguíneo, debes realizar un análisis de sangre que realice el recuento absoluto de neutrófilos (RAN). Los resultados deben ser evaluados por un especialista médico, quien determinará el estado de tu salud basándose en el porcentaje de glóbulos blancos en la sangre (5).
Regulación de los neutrófilos altos
Un recuento alto de neutrófilos, conocido como neutrofilia, tiende a superar los 7.500/ml y puede ser indicativo de una respuesta inmune a la presencia de una sustancia extraña, como gérmenes, bacterias y virus.
En algunas situaciones, no se requiere tratamiento para regular la neutrofilia, ya que un incremento de estas células es parte normal del proceso inflamatorio. Sin embargo, si se diagnostica una enfermedad subyacente, puede ser necesario recurrir a varias estrategias para mejorar la condición, tales como:
- Aspiración de médula ósea para detectar la presencia de daños hematológicos (6).
- Administración de medicamentos bajo supervisión médica (7).
- Mantenimiento de un estilo de vida saludable para fortalecer el sistema inmunológico y prevenir infecciones y virus que puedan desencadenar un aumento en los neutrófilos (8).
Mejoramiento de los neutrófilos bajos
Un recuento bajo de neutrófilos, correspondiente a una cantidad inferior a los 2.000/ml, es denominado por los médicos como neutropenia. Para aumentar los niveles de neutrófilos, se pueden emplear varios tratamientos:
- Uso de antibióticos y antimicóticos para combatir las infecciones (9).
- Aplicación de factores de crecimiento para los leucocitos en la sangre (10).
- Suministro de granulocitos (11).
- Tratamiento con corticosteroides o inmunoglobulinas intravenosas (12).
No importa si tus niveles de neutrófilos son muy altos o muy bajos, lo importante es que busques la ayuda de un especialista médico para conocer las causas de la neutrofilia o neutropenia, y obtener el tratamiento más adecuado para tu condición (13).
Referencias:
- (1) Abidi, K., Khoudri, I., Belayachi, J., Madani, N., Zekraoui, A., Zeggwagh, A. A., & Abouqal, R. (2008). La eosinopenia es un marcador confiable de sepsis en las unidades de cuidados intensivos. Revista de Cuidados Intensivos, Londres, 12(2), R59.
- (2) Borregaard, N. (2010). Neutrófilos, desde la médula hasta los microbios. Inmunidad, 33(5), 657-670.
- (3) Ueda, Y., Kondo, M., & Kelsoe, G. (2005). Inflamación y la producción recíproca de granulocitos y linfocitos en la médula ósea. Revista de Medicina Experimental, 201(11), 1771–1780.
- (4) Pillay, J., den Braber, I., Vrisekoop, N., Kwast, L. M., de Boer, R. J., Borghans, J. A., Tesselaar, K., & Koenderman, L. (2010). Un estado de hiporesponsividad inmunológica durante la producción acelerada de neutrófilos en humanos sanos. Sangre, 115(15), 3359–3368.
- (5) Lai, D. M., Shih, J. M., & Lin, P. C. (2017). Asociación entre el recuento de glóbulos blancos y el riesgo de cáncer: un estudio de cohortes a largo plazo de la población taiwanesa. Revista Internacional de Investigación del Cáncer, 140(10), 2358-2365.
- (6) Kondo, M., & Scherer, D. C. (2000). La regulación de la hematopoyesis por moléculas de adhesión celular. Hematología / la Sociedad Americana de Educación sobre Hematología. Educación Programa, 2000(1), 13-23.
- (7) Roskoski, R. (2019). Propiedades farmacológicas de los inhibidores de las proteínas quinasas aprobados por la FDA. Revisión Farmacológica y Terapéutica, 144, 1-26.
- (8) Ren, F., Wang, K., Zhang, T., Jiang, J., Nice, E. C., & Huang, C. (2016). Nuevo papel de las ROS en la regulación del tamaño del tumor. Trabajos de Revisión de Cáncer, 39, 51-61.
- (9) León-Rico, D., Aldea, M., Sánchez-Baltasar, R., Mesa-Núñez, C., Record, J., Burns, S. O., & Mazariegos, M. S. (2017). Diagnóstico y manejo de la neutropenia congénita grave. Revisión Pediátrica y Perinatología, 34(4), 215-223.
- (10) Skokowa, J., Welte, K. (2012). Deficiencias de G-CSF y GM-CSF: relevancia en la neutropenia. Revista de Inmunología, 188(12), 5934-5940.
- (11) Leung, K., Shum, H. K., Leung, K., Lam, W. K., & Liu, C. (2007). Tratamiento de la neutropenia con infusión de granulocitos: revisión de 59 casos. Revisión de Sangre, 11(6), 400-403.
- (12) Ballow, M. (2014). Inmunoglobulinas: variedad de productos y formas de administración. Revisión Inmunoterapia, 6(4), 347-367.
- (13) Freedman, A. (2016). Enfermedad de Hodgkin: diagnóstico y tratamiento. Mayo Clinic Proceedings, 91(8), 1012–1024.