La neutropenia o neutrófilos bajos; consiste en una cantidad irregularmente baja de neutrófilos en la sangre, los cuales corresponden al tipo de glóbulos blancos más común y cuya función es la de colaborar en la respuesta inmune contra las infecciones producidas por bacterias, gérmenes, hongos y otras sustancias externas (1).
A pesar de que existen distintos tipos de leucocitos que viajan por el torrente sanguíneo, los neutrófilos constituyen entre el 45 y 70% del total de glóbulos blancos, por lo que mantener los niveles adecuados es fundamental para garantizar una buena salud (2).
NEUTRÓFILOS BAJOS, ¿QUÉ SIGNIFICAN? Foto por Vector8DIY Pixabay
¿Qué significa tener neutrófilos bajos?
Al realizarnos un análisis de sangre, lo ideal es que el número de neutrófilos se encuentre entre 2.000 y 7.500/ml para que sea considerado saludable (3).
Cuanto menor sea el conteo de neutrófilos, existe mayor probabilidad de contraer enfermedades infecciosas. Si se tiene neutropenia severa, es decir menos de 500 células por microlitro de sangre, las bacterias que se hallan en la boca y en el tracto digestivo actúan en contra del organismo, produciendo infecciones. De hecho, en el 30% de los casos las enfermedades derivadas de esta condición se consideran fatales (4).
En cuanto a los factores desencadenantes, los neutrófilos bajos pueden ser el resultado de infecciones virales, bacterianas o parasitarias, así como de deficiencias vitamínicas, medicamentos o enfermedades que afectan la médula ósea, terapias de radiación, etc. (5).
Tratamiento para controlar la neutropenia
Entre las opciones más comunes para tratar esta condición tenemos:
- Antibióticos y antimicóticos para eliminar las infecciones (6).
- Suministro de factores de crecimiento de células blancas de la sangre (7).
- Transfusiones de granulocitos (8).
- Terapia con corticosteroides o inmunoglobulinas intravenosas (9).
Si se han detectado niveles muy bajos de neutrófilos en la sangre, lo ideal es acudir al médico para que sea él quien administre el tratamiento correspondiente según la condición del paciente y lo síntomas que presente. Por supuesto, dicho tratamiento también debe orientarse a cualesquiera que sean las enfermedades subyacentes (10).
¿Cuáles son los niveles correctos de neutrófilos en la sangre?
Según los expertos de la salud, los valores óptimos de neutrófilos en la sangre corresponden a una cantidad entre 2.000 y 7.500/ml (3).
Cómo subir los neutrófilos bajos
Usualmente, para mejorar la neutropenia, los médicos recomiendan el suministro de antibióticos y antimicóticos para combatir las infecciones que suelen producir un conteo bajo de estas células, así como también aconsejan el suministro de factores de crecimiento de leucocitos, transfusiones de granulocitos y terapias con medicamentos corticosteroides (11).
Asimismo, se recomienda mantener medidas de higiene y evitar el contacto con personas que tengan resfriado, gripe o alguna otra enfermedad, además de mantener hábitos saludables que involucren una alimentación balanceada, rica en vitaminas y minerales, y un estilo de vida más activo, con el propósito de mejorar el funcionamiento del sistema inmune (12).
Nota: Siempre es importante recordar que cada cuerpo es único y responde de manera distinta a los tratamientos. Si detectas un nivel bajo de neutrófilos, acude a tu médico para recibir el mejor consejo y tratamiento (13).
Referencias:
- (1) Palmblad, J., Papadaki, H. A., & Eliopoulos, G. (2004). Apuntes de Neutropenia crónica idiopática. Acta Médica Scandinavica, 380-389.
- (2) Newburger, P. E., & Dale, D. C. (2013). Evaluación y manejo de los pacientes con neutropenia. Journal of American Medical Association, 310(12), 1237-1244.
- (3) Boxer, L. A. (2012). Cómo abordar el recuento bajo de neutrófilos. Journal of American Medical Association, 306(23), 2591-2600.
- (4) Freedman, M. H., & Saunders, E. F. (1991). Neutropenia en el paciente pediátrico: causas y diagnóstico. Canadian Medical Association Journal, 145(10), 1237-1243.
- (5) Dale, D. C., & Boxer, L. (2008). Las muchas causas de neutropenia: conceptos y actualizaciones clínicas. New England Journal of Medicine, 358, 273-278.
- (6) Bacon, M., et al. (2019). Directrices para el manejo de la neutropenia inducida por quimioterapia. British Journal of Cancer, 83, 679-685.
- (7) Dale, D. C. (2002). Uso clínico de los factores estimulantes de colonias. Journal of Pediatric Hematology/Oncology, 24(1), 20-24.
- (8) Sachs, U. J., et al. (2006). Transfusión de granulocitos: rejuvenecimiento de una terapia anticuada. New England Journal of Medicine, 354, 1813-1820.
- (9) McCrae, K. R., et al. (2002). Eficacia de la gammaglobulina en la neutropenia asociada a colitis ulcerosa. Journal of Clinical Gastroenterology, 34, 335-338.
- (10) Rodak, B. F., Carr, J. H. (2019). Hematología: fundamentos y aplicaciones clínicas. Elsevier.
- (11) Molineux, G. (2004). The design and development of pegfilgrastim (PEG-rmetHuG-CSF, Neulasta). Current Pharmaceutical Design, 10(11), 1235-1244.
- (12) Broxmeyer, H. E. (2013). Mejorando la función del sistema inmunitario mediante el ejercicio. Journal of Sport and Health Science, 2(3), 141-146.
- (13) Leibovici, L. (2001). Tratamiento de pacientes con neutropenia y fiebre. Eur J Clin Microbiol Infect Dis, 20(1), 1-7.
