La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune de la conjunción neuromuscular. Se caracteriza por una debilidad muscular en los músculos estriados, que generalmente se manifiesta después de la actividad física y mejora después del reposo (1). Para aquellos que sospechan que podrían padecer de esta enfermedad, es fundamental someterse a una evaluación para confirmar el diagnóstico de la miastenia gravis.
Diagnóstico de la Miastenia Gravis
Si tienes sospechas de que puedes padecer miastenia gravis, es importante acudir a un médico especialista para un diagnóstico adecuado. El profesional de la salud puede utilizar distintos procedimientos de exploración complementaria, como:
Diagnóstico de la Miastenia Gravis: Tratamiento y Manejo. Foto por alex-green Pexels
Prueba de fármacos anticolinesterásicos
Implica la prueba de endrofonio, en la cual se administra un medicamento conocido como Tensilon o, en su defecto, un placebo, para ayudar a determinar si se padece miastenia gravis o si se trata de alguna otra enfermedad del cerebro y el sistema nervioso (2).
Estudios electrofisiológicos
Se pueden realizar el test de estimulación repetitiva o el electromiograma de fibra aislada para estudiar la actividad eléctrica de los músculos y nervios (3).
Medición de anticuerpos antirreceptores de acetilcolina
Estos suelen ser positivos en el 50% de los pacientes que padecen miastenia ocular y en el 75% de aquellos con miastenia generalizada (4).
Manejo de la Miastenia Gravis Tras el Diagnóstico
Una vez confirmado el diagnóstico de la miastenia gravis, el especialista indicará el tratamiento más apropiado para el paciente. El objetivo es recuperar la firmeza del tejido muscular afectado, bien sea mediante fármacos anticolinesterásicos, corticoides o distintos inmunosupresores, o incluso la técnica conocida como plasmaféresis (5).
En algunos casos, puede requerirse intervención quirúrgica. Aunque es la segunda opción más recomendada después de los anticolinesterásicos (6). Independientemente del camino elegido, siempre es prioritario consultar con el médico tras el diagnóstico de la miastenia gravis.
Tratamiento de la Miastenia Gravis
La miastenia gravis es un trastorno neuromuscular y autoinmune que afecta la firmeza del tejido muscular, pudiendo manifestarse en síntomas como parálisis facial, cabeza y párpados caídos, entre otros. Aunque no tiene cura, es posible mejorar los síntomas y conseguir periodos prolongados sin manifestaciones de la enfermedad (7).
Las Principales Opciones de Tratamiento
Tras un diagnóstico positivo de miastenia gravis, se deben considerar las siguientes opciones de tratamiento:
- Uso de fármacos anticolinesterásicos.
- Administración de medicamentos corticoides u otros inmunosupresores, como la prednisona, micofelonato, azatioprina o ciclosporina, que ayuden a inhibir la respuesta del sistema inmune (8).
- Implementación de la plasmaféresis (5).
En principio, se recomiendan los medicamentos anticolinesterásicos. Sin embargo, si el cuerpo no responde a estos, podría considerarse una intervención quirúrgica (6). De cualquier manera, siempre será necesario consultar con el profesional de la salud para determinar el tratamiento más apropiado.
Consideraciones Adicionales para el Tratamiento de la Miastenia Gravis
Además de los tratamientos mencionados, para mejorar los síntomas de la miastenia gravis se aconseja efectuar ciertos cambios en el estilo de vida. Estos pueden permitir continuar con las actividades cotidianas de manera normal, e incluyen:
- Descanso adecuado.
- Evitar situaciones de estrés.
- Evitar la exposición al calor.
- Utilizar un parche para cubrir los ojos si se presenta visión doble y la misma ocasiona alguna molestia (9).
Si tú o algún familiar padece este trastorno, no dudes en acudir a tu médico de confianza y consultar sobre el tratamiento de la miastenia gravis que mejor se ajuste a tus necesidades.
Referencias
- Meriggioli, M. N., & Sanders, D. B. (2009). Miastenia gravis autoinmune: emergencia de heterogeneidad clínica y biológica. The Lancet Neurology, 8(5), 475-490.
- Kirchner, T., Müller, S., & Jakubiczka, S. (2007). Prueba de fármacos anticolinesterásicos en la miastenia gravis: utilidad clínica de la EMG de fibra única en el músculo extensor digitorum communis. Muscle & Nerve: Revista oficial de la Asociación Americana de Medicina Electrodiagnóstica, 35(3), 291-297.
- Oh, S. J. (2003). Electro miografía clínica: estudios de conducción nerviosa. Lippincott Williams & Wilkins.
- Lindstrom, J. M., Seybold, M. E., Lennon, V. A., Whittingham, S., & Duane, D. D. (1976). Anticuerpos contra el receptor de acetilcolina en la miastenia gravis. Neurology, 26(11), 1054.
- Howard Jr, J. F. (2018). Miastenia gravis: el papel del complemento en la unión neuromuscular. Anales de la Academia de Ciencias de Nueva York, 1412(1), 113.
- Sellman, M. S., & Mayer, R. F. (1985). Tratamiento de la miastenia gravis con prednisona. Neurology, 35(3).
- Guptill, J. T., Sanders, D. B., & Evoli, A. (2011). Tratamiento inmunosupresor de la miastenia gravis. Autoinmunidad, 44(3), 206-211.
- Drachman, D. B. (1994). Miastenia Gravis. Nueva Inglaterra Journal of Medicine, 330(25), 1797-1810.
- Richman, D. P., Agius, M. A., & Kirvan, C. A. (2008). Tratamiento de la miastenia gravis con agentes modificadores de la enfermedad. Neurology, 70(24, 2), S17-S28.