Se entiende por menorragia al fenómeno de tipo menstrual en el que se manifiestan sangrados de mayor proporción y duración en comparación con aquellos registrados de manera habitual por el paciente (1). Esta anomalía del período menstrual suele aparecer como resultado de la intervención de distintos factores o causas subyacentes, y puede ser controlada a partir de un tratamiento de menorragia, determinado por un experto y focalizado en atacar la raíz del problema (2).
A continuación, hablaremos acerca del posible tratamiento de menorragia y cómo se lleva a cabo la elección del mismo, a los fines de normalizar el período menstrual del paciente y restituir su calidad de vida.
Tratamiento de la Menorragia. Foto por AtlasComposer. Envato.
Tratamiento de menorragia
Por lo general, la menorragia suele manifestarse debido a alguna enfermedad o patología subyacente (1), por lo que el tratamiento debe estar enfocado en dicho trastorno para garantizar el éxito del mismo (2).
Por lo tanto, antes de determinar el procedimiento a seguir, resulta fundamental acudir a consulta con un especialista médico, quien lleve a cabo los análisis y estudios pertinentes, a los fines de comprobar el diagnóstico y recetar el tratamiento de menorragia más oportuno según sea el caso (1,2).
Entre las distintas recomendaciones que su proveedor de la salud puede darle encontramos:
- Analgésicos como el ibuprofeno y el naproxeno, y/o medicamentos antiinflamatorios no esteroides (3).
- Píldoras anticonceptivas orales que contengan estrógeno y progesterona (4).
- Hormona liberadora de dispositivos intrauterinos (5).
- Ácido tranexámico (3).
- Agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina que suprimen los ovarios (4).
- Cirugía de miomas y pólipos uterinos (6).
Elección del tratamiento de menorragia
Como bien se mencionaba anteriormente, la elección del tratamiento de menorragia está condicionada por el factor o causa subyacente que haya desencadenado este tipo de sangrado anormal, aunque algunos pacientes pueden no optar por tratamiento alguno (2).
Cada paciente recibe asesoría por parte de un especialista en el área de ginecología, quien le informa lo necesario acerca de la efectividad del tratamiento, los posibles efectos secundarios que podría generar, la necesidad de anticoncepción, etc (7).
La terapia está específicamente dirigida a contener la hemorragia, prevenir y corregir la anemia y ayudar, por tanto, a mejorar la calidad de vida de quienes presentan la menorragia (1).
Tratamientos naturales para la menorragia
Adicionalmente, existen opciones naturales que pueden ayudar en la gestión de la menorragia. La consulta con un experto en medicina alternativa podría revelar alternativas como:
- Suplementos dietéticos, como el hierro y vitamina C, para mejorar la salud general (8).
- Terapia herbal, como el uso de té de frambuesa, para aliviar los síntomas (8).
- Prácticas de mindfulness, como la meditación y el yoga, para aliviar el estrés asociado (8).
Estas opciones naturales pueden ser una adición valiosa a los tratamientos médicos tradicionales y deben ser discutidos con un profesional médico para asegurar que sean apropiados para el paciente individual (8).
Complicaciones de la Menorragia y Tratamientos Específicos
La menorragia, aunque a menudo tratable, puede llevar a complicaciones graves si no se maneja adecuadamente. La pérdida crónica de sangre puede causar anemia grave, lo que puede afectar la calidad de vida y llevar a problemas de salud más serios (6).
¿Qué pasa si no tratamos a tiempo la menorragia?
Si no se trata, la menorragia puede llevar a:
- Anemia: una disminución en el número de glóbulos rojos, lo que puede causar fatiga y debilidad (6).
- Infecciones: el uso prolongado de productos menstruales puede llevar a infecciones (9).
- Infertilidad: en casos extremos, la falta de tratamiento puede afectar la capacidad de concebir (5).
Qué hacer cuando la menorragia se complica
Ante cualquier signo de complicación, es fundamental acudir a un especialista médico. El tratamiento puede incluir:
- Transfusiones de sangre: en casos de anemia grave (6).
- Antibióticos: si hay signos de infección (9).
- Procedimientos quirúrgicos: como la histerectomía, si los tratamientos más conservadores no son efectivos (5).
- Consejería y apoyo emocional: para ayudar a lidiar con los efectos emocionales y psicológicos de las complicaciones (10).
Es crucial que las pacientes comprendan la seriedad de estas complicaciones y actúen rápidamente con la ayuda de profesionales médicos. La prevención y el manejo temprano son clave para minimizar los riesgos y asegurar una recuperación exitosa (1, 6).
Referencias
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- Frick, K. D., Clark, M. A., Steinwachs, D. M., Langenberg, P., Stovall, D., Munro, M. G., & Dickersin, K. (2009). Tratamiento financiero y clínico de la menorragia durante la transición menopáusica. Valor en Salud, 12(2), 236-244.
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- Clark, T. J., Khan, K. S., Foon, R., Pattison, H., Bryan, S., & Gupta, J. K. (2002). Calidad de vida y afección psicológica después del tratamiento quirúrgico de la menorragia. Revista Médica Británica, 325(7362), 535-538.
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