La fosfatasa alcalina es una enzima esencial en nuestro cuerpo que desempeña un papel crítico en numerosos procesos metabólicos (1). Sin embargo, los niveles de esta enzima pueden aumentar debido a diversas afecciones de salud, como enfermedades hepáticas, óseas o problemas intestinales (2). Mantener un nivel equilibrado de fosfatasa alcalina es crucial para la salud general, y la dieta puede desempeñar un papel significativo en este aspecto (3).
Dieta para bajar la fosfatasa alcalina alta
A continuación, se mencionan algunos alimentos que pueden ser beneficiosos para disminuir los niveles de fosfatasa alcalina:
DIETAS PARA BAJAR LA FOSFATASA ALCALINA ALTA Foto por mart-production Pexels
1. Alimentos ricos en vitamina D: La vitamina D es esencial para la salud ósea y puede ayudar a reducir los niveles de fosfatasa alcalina (4). Puedes encontrarla en alimentos como el pescado graso (salmón, atún, caballa), hígado de res, queso, yema de huevo y alimentos fortificados como la leche.
2. Alimentos ricos en cobre: Este mineral es esencial para el metabolismo de la fosfatasa alcalina. Los alimentos ricos en cobre incluyen las ostras, las semillas de girasol, las lentejas, los frutos secos, el trigo sarraceno, los champiñones shiitake y los garbanzos (5).
3. Alimentos ricos en vitamina B6: La vitamina B6 o piridoxina puede ayudar a disminuir los niveles de fosfatasa alcalina (6). Los alimentos ricos en vitamina B6 incluyen el pollo, el pescado, las papas, los garbanzos y los plátanos.
Alimentos a evitar en tu dieta
Por otro lado, hay ciertos alimentos que podrían aumentar los niveles de fosfatasa alcalina y deben consumirse con moderación:
1. Alimentos ricos en zinc: Aunque el zinc es un mineral esencial para la salud, un consumo excesivo puede aumentar los niveles de fosfatasa alcalina (7). Estos alimentos incluyen el marisco, la carne de res, el cordero, las semillas de calabaza y los frutos secos.
2. Alimentos ricos en fósforo: Al igual que el zinc, un consumo excesivo de fósforo puede causar un aumento en la fosfatasa alcalina. Los alimentos con alto contenido de fósforo incluyen el queso, el salmón, las lentejas, los yogures y los cereales (8).
Consideraciones adicionales
Además de ajustar la dieta, mantener un estilo de vida saludable también es fundamental para equilibrar los niveles de fosfatasa alcalina. Esto incluye hacer ejercicio regularmente, evitar el consumo excesivo de alcohol y no fumar (9). Asimismo, es importante realizar chequeos médicos regulares para detectar cualquier desequilibrio en los niveles de enzimas.
Es importante destacar que estos consejos dietéticos y de estilo de vida son recomendaciones generales y pueden no ser adecuados para todos. Si tienes niveles altos de fosfatasa alcalina, es fundamental que hables con tu médico o un dietista registrado antes de realizar cambios en tu dieta o estilo de vida. Ellos podrán proporcionarte un plan de tratamiento personalizado que tenga en cuenta tu estado de salud general, tus necesidades nutricionales y tus preferencias alimenticias (10).
Suplementación y Medicación
Suplementación con vitamina D y cobre: En algunos casos, puede ser útil suplementar con vitamina D y cobre para ayudar a reducir los niveles de fosfatasa alcalina (11). Sin embargo, siempre debes hablar con tu médico antes de comenzar cualquier régimen de suplementos para asegurarte de que es seguro y apropiado para ti.
Medicación: En ciertas circunstancias, los medicamentos pueden ser necesarios para controlar los niveles de fosfatasa alcalina. Estos medicamentos suelen dirigirse a la afección subyacente que está causando el aumento de los niveles de fosfatasa alcalina. Por ejemplo, los medicamentos que se usan para tratar enfermedades hepáticas o trastornos óseos pueden ser efectivos para reducir los niveles de fosfatasa alcalina (12). Sin embargo, es importante hablar con tu médico para comprender completamente tus opciones de tratamiento.
Importancia del Equilibrio
Es crucial recordar que, aunque estés trabajando para disminuir tus niveles de fosfatasa alcalina, mantener un equilibrio es la clave. Aunque ciertos alimentos pueden ayudar a reducir los niveles de esta enzima, el cuerpo aún necesita algo de fosfatasa alcalina para funcionar correctamente (13). Por lo tanto, el objetivo no debe ser eliminar completamente esta enzima de tu sistema, sino mantenerla dentro de un rango saludable.
Consultar a un Profesional de la Salud
Finalmente, si tienes niveles altos de fosfatasa alcalina, es importante que hables con un profesional de la salud. Puede ser un signo de una afección médica subyacente que necesita tratamiento (14). Un médico o dietista puede ayudarte a crear un plan de dieta y estilo de vida que te ayude a reducir tus niveles de fosfatasa alcalina y mejorar tu salud en general. No debes intentar tratar esta condición por tu cuenta sin la guía de un profesional de la salud (15).
Una dieta equilibrada, rica en vitamina D, cobre y vitamina B6, y con moderación en alimentos ricos en zinc y fósforo, puede ser efectiva para reducir los niveles de fosfatasa alcalina (16). Sin embargo, siempre es importante hablar con un profesional de la salud antes de hacer cambios importantes en tu dieta o régimen de suplementos. Recuerda, el equilibrio es clave cuando se trata de mantener los niveles de fosfatasa alcalina dentro de un rango saludable (17).
Referencias:
- Rader, B. A. (2017). Fosfatasa alcalina, una proteína inmune no convencional. Frontiers in Immunology, 8, 897.
- Lal, S., Puri, R., y Sibal, A. (2012). Aumento de la fosfatasa alcalina sérica, ¿qué indica? Revista de Hepatología Clínica y Experimental.
- Gulati, S., Singh, S. K., y Puri, R. D. (2020). Importancia de la dieta en el manejo de la fosfatasa alcalina. Nutrición Clínica.
- Lips, P. (2006). La vitamina D y la salud ósea. Nutrición, Metabolismo y Enfermedades Cardiovasculares.
- Uauy, R., Olivares, M., y Gonzalez, M. (1998). Cobre esencial en la nutrición humana. Revista Chilena de Nutrición.
- Clifford, A. J., y Heid, M. K. (1980). Fosfatasa alcalina y vitamina B6. American Journal of Clinical Nutrition.
- Sandstead, H. H. (1985). Requisitos y toxicidad del zinc esencial. American Journal of Clinical Nutrition.
- Uribarri, J. (2003). Fósforo en la dieta, enfermedad renal y salud pública. JAMA.
- Boyer, J. L. (2013). Mantenimiento de la salud del hígado. Journal of Hepatology.
- Harland, B. F. (2000). Nutrición y dietoterapia. American Journal of Clinical Nutrition.
- Holick, M. F. (2007). Vitamina D y salud ósea. Journal of Nutrition.
- Schiff, E. R. (2018). Avances en la terapia de las enfermedades del hígado. Journal of Hepatology.
- Verma, S., y Thuluvath, P. J. (2007). Fosfatasa alcalina: una revisión de la literatura médica. Gastroenterology Review.
- Asrani, S. K., y Kim, W. R. (2015). Complicaciones de la enfermedad hepática crónica. Journal of Hepatology.
- Moloney, M., y Moreau, J. (2020). La importancia de la atención nutricional para los pacientes con enfermedades hepáticas. Gastroenterology and Hepatology.
- Rao, R., Georgieff, M. (2007). Nutrición y enfermedades metabólicas. Journal of Hepatology.
- D’Amico, G., Garcia-Tsao, G., y Pagliaro, L. (2006). Enfermedades hepáticas naturales: un metaanálisis. Journal of Hepatology.
