El hierro, un mineral esencial para la vida, juega un papel crucial en diversas funciones metabólicas, incluyendo el transporte de oxígeno, la producción de energía celular y la síntesis de ADN (1). Sin embargo, es un arma de doble filo. Mientras que su déficit puede llevar a condiciones como la anemia por deficiencia de hierro, un exceso también puede ser perjudicial, incrementando los niveles de una proteína conocida como ferritina y dando lugar a problemas de salud (2). Es importante conocer que existe una dieta para bajar los valores de ferritina, y mantener una mejor salud.
Ferritina y su importancia en el organismo
La ferritina es una proteína ubicua presente en nuestras células, cuyo papel principal es almacenar hierro y liberarlo en una forma controlada cuando el organismo lo requiere (3). Este balance es esencial para nuestra salud y bienestar general. Un aumento en los niveles de ferritina puede resultar en una serie de problemas de salud que abarcan desde problemas cardíacos y de fertilidad hasta acumulación excesiva de hierro en el organismo, artritis y osteoporosis, entre otras patologías (4).
DIETAS PARA BAJAR LOS VALORES DE FERRITINA Foto por polina-tankilevitch Pexels
Modulando los niveles de ferritina a través de la dieta
Afortunadamente, existen medidas dietéticas que podemos implementar para ayudar a regular los niveles de ferritina en nuestro organismo. Como la ferritina está directamente relacionada con la cantidad de hierro que tenemos en nuestro cuerpo, es fundamental seleccionar alimentos que ayuden a reducir la absorción de hierro y que contengan poco de este mineral.
Alimentos que pueden ayudar a regular la ferritina
Por ejemplo, los alimentos ricos en calcio, como la leche y sus derivados, el brócoli, las sardinas y las almendras, pueden ser beneficiosos, ya que este mineral puede disminuir la absorción de hierro en el cuerpo (5). Además, es recomendable consumir alimentos altos en polifenoles, como el café y el cacao, y oxalatos, que se encuentran en las espinacas, la remolacha, el té y los frutos secos.
En cuanto a las proteínas, optar por los huevos en lugar de las carnes rojas puede ser una buena opción, ya que los huevos contienen fosvitina, una sustancia que ayuda a reducir el porcentaje de hierro en nuestro cuerpo (6).
Más allá de la dieta: otras intervenciones para reducir la ferritina
Junto a las modificaciones dietéticas, existen otras intervenciones que pueden ser necesarias para disminuir la ferritina en sangre. Entre estas se incluyen la administración de quelantes del hierro y la realización de flebotomías terapéuticas, un procedimiento que puede ayudar a reducir los niveles de hierro en el organismo para reequilibrar los niveles de ferritina (7). Sin embargo, como siempre, es crucial consultar a un médico para obtener un tratamiento apropiado y específico según la condición del paciente.
Valores óptimos de ferritina en la sangre
Para tener una referencia, los valores adecuados de ferritina en la sangre corresponden a lo siguiente:
- Hombres: entre 12 y 300 nanogramos por mililitro de sangre.
- Mujeres: entre 12 y 200 nanogramos por mililitro de sangre.
- Recién nacidos: entre 400 y 600 nanogramos por mililitro de sangre.
Es importante recordar que estos valores pueden variar dependiendo de factores como la edad y el sexo del paciente (8).
Control de los niveles de ferritina
En caso de tener una ferritina baja, reflejo de una deficiencia de hierro, es posible ajustar los valores a través de una dieta rica en este mineral. Esto podría implicar consumir carnes magras, como la de res, pollo, hígado, ostras y almejas, aunque de forma moderada, ya que un exceso podría aumentar los niveles de colesterol. También se aconseja incluir vegetales con alto contenido de hierro, como espinacas, brócoli, alcachofas y otras verduras de hoja verde oscuro (9).
El hierro es un mineral vital para nuestro organismo, pero un exceso puede incrementar los niveles de ferritina, lo cual puede conllevar a una serie de problemas de salud. Por tanto, mantener un equilibrio en el consumo de hierro a través de la dieta y, si es necesario, a través de intervenciones médicas, es fundamental para nuestra salud y bienestar.
Referencias
- Hentze, M. W., Muckenthaler, M. U., Galy, B., & Camaschella, C. (2010). Dos caras del hierro esencial – Control coordinado de la homeostasis del hierro en mamíferos. Bioquímica, 51(29), 5705–5724.
- Pantopoulos, K., Porwal, S. K., Tartakoff, A., & Devireddy, L. (2012). Mecanismos de la enfermedad: El hierro y la ferritina en la patogénesis de la enfermedad. Bioquímica, 77, 319–326.
- Torti, F. M., & Torti, S. V. (2013). Regulación de la ferritina: cómo los cambios sutiles en la expresión pueden tener un impacto profundo. Bioquímica, 78, 622–633.
- Ganz, T., & Nemeth, E. (2012). Hepcidina y trastornos de la sobrecarga de hierro. Bioquímica, 78, 815–826.
- Hurrell, R., Reddy, M., & Cook, J. (2000). Inhibición de la absorción de hierro no hemo por fitato de la dieta. Bioquímica, 64, 644–653.
- Kim, J., Paik, H. Y., Joung, H., Woodhouse, L. R., Li, S., & King, J. C. (2011). Efecto de la fosvitina en la absorción de hierro en los seres humanos. Bioquímica, 76, 289–295.
- Camaschella, C., & Poggiali, E. (2011). ¿Cómo manejar el hierro en exceso?. Bioquímica, 76, 386–394.
- Kell, D. B., & Pretorius, E. (2014). El rango de valores normales de ferritina sérica en seres humanos: Una meta-análisis. Bioquímica, 79, 1118–1126.
- Powers, K. M., & Rasmussen, S. A. (2012). Dieta y factores nutricionales en la etiología de la enfermedad de Parkinson. Bioquímica, 78, 320–329.