El edema pulmonar es una afección médica grave que resulta de la acumulación de líquido en los espacios alveolares, los lugares en nuestros pulmones donde se lleva a cabo el intercambio de gases(1). Esta condición puede presentarse con síntomas preocupantes como la hipoxemia, un bajo nivel de oxígeno en la sangre, y la disnea, una dificultad notoria para respirar(2). La gravedad de estos síntomas puede variar dependiendo de la cantidad de líquido acumulado y de la rapidez con que se desarrolla esta condición. Ahondaremos en dos clasificaciones principales: el edema pulmonar cardiogénico y no cardiogénico.
El Edema Pulmonar Cardiogénico
El edema pulmonar cardiogénico es una manifestación que se puede presentar a raíz de la insuficiencia aguda del ventrículo izquierdo o la estenosis de la válvula mitral(3). Estas condiciones cardíacas pueden llevar a un incremento en la presión en los capilares pulmonares, que son los vasos sanguíneos más pequeños en nuestros pulmones. Este incremento de la presión puede causar un derrame de líquido en los alvéolos e intersticios pulmonares, lo que da lugar al edema pulmonar.
Edema Pulmonar Cardiogénico y No Cardiogénico. Imagen de Myriams-Fotos en Pixabay
Esta afección es una emergencia cardiológica que requiere intervención inmediata. Si no se trata, puede llevar a insuficiencia cardíaca y respiratoria, y eventualmente a la muerte. Algunas de las causas más comunes de edema pulmonar cardiogénico incluyen el infarto agudo al miocardio y la insuficiencia cardíaca izquierda(4).
El Edema Pulmonar No Cardiogénico
A diferencia del edema pulmonar cardiogénico, el edema pulmonar no cardiogénico se desarrolla por una lesión a la microcirculación de los pulmones o un aumento en la permeabilidad de los capilares pulmonares(5). En otras palabras, en lugar de ser causado por una falla en el sistema cardiovascular, este tipo de edema pulmonar se produce debido a daños en los propios pulmones o los vasos sanguíneos que los rodean.
El edema pulmonar no cardiogénico puede ser causado por una variedad de condiciones, como la neumonía, el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), la exposición a ciertos gases o fármacos tóxicos y el traumatismo pulmonar. La alta altitud también puede ser un factor, dado que puede provocar cambios en la presión y el flujo sanguíneo en los pulmones, lo que puede llevar al edema pulmonar.
Diferencias Entre el Edema Pulmonar Cardiogénico y No Cardiogénico
Aunque los dos tipos de edema pulmonar pueden presentar síntomas similares, hay diferencias clave en sus causas y en cómo se deben tratar. La fisiopatología del edema pulmonar cardiogénico y no cardiogénico es diferente, lo que significa que la forma en que afectan al cuerpo y cómo se deben tratar también varía.
Diagnóstico del Edema Pulmonar
El diagnóstico de ambos tipos de edema pulmonar se realiza a través de pruebas clínicas y radiológicas. Los síntomas clínicos incluyen hipoxemia y disnea. Las pruebas radiológicas, como las radiografías de tórax, pueden revelar la presencia de líquido en los alvéolos. En algunos casos, se pueden requerir pruebas adicionales para ayudar a determinar la causa exacta del edema pulmonar.
Tratamiento del Edema Pulmonar
El tratamiento del edema pulmonar se basa en tratar la causa subyacente de la afección. En el caso del edema pulmonar cardiogénico, esto puede incluir medicamentos para mejorar la función cardíaca, así como intervenciones para ayudar a eliminar el exceso de líquido de los pulmones.
Para el edema pulmonar no cardiogénico, el tratamiento puede ser más variado, ya que la causa de la afección puede variar ampliamente. Algunas posibles intervenciones pueden incluir la administración de oxígeno, la utilización de medicamentos para reducir la inflamación en los pulmones, y en casos más graves, la ventilación mecánica.
El edema pulmonar, tanto cardiogénico como no cardiogénico, es una afección grave que requiere atención médica inmediata. Si experimentas síntomas como dificultad para respirar o dolor en el pecho, debes buscar atención médica inmediatamente.
Referencias
- Ware, L. B., & Matthay, M. A. (2005). Clinical practice. Acute Pulmonary Edema. The New England journal of medicine, 353(26), 2788–2796.
- Warren, M. A., Zhao, Z., Koyama, T., Bastarache, J. A., Shaver, C. M., Semler, M. W., … & Matthay, M. A. (2018). Severity scoring of lung edema on the chest radiograph is associated with clinical outcomes in ARDS. Thorax, 73(9), 840-846.
- Pinsky, M. R., & Dhainaut, J. F. (1994). Cardiogenic shock associated with acute pulmonary edema. Intensive care medicine, 20(1), 11-18.
- Killip III, T., & Kimball, J. T. (1967). Treatment of myocardial infarction in a coronary care unit. A two year experience with 250 patients. The American journal of cardiology, 20(4), 457-464.
- Matthay, M. A., & Zemans, R. L. (2011). The acute respiratory distress syndrome: pathogenesis and treatment. Annu. Rev. Pathmechdis. Mech. Dis., 7, 147-163.
