La bradicardia sinusal se refiere a un ritmo cardíaco lento originado en el nodo sinusal, el marcapasos natural del corazón (1). Aunque puede ser una condición benigna en ciertos individuos, especialmente en atletas o durante el sueño, en otros casos puede ser el resultado de enfermedades del corazón o efectos secundarios de ciertos medicamentos (2). Los síntomas pueden variar desde fatiga y mareos hasta desmayos (3).
Bradicardia Sinusal: Función del Nodo Sinusal
El nodo sinusal, también conocido como nodo sinoauricular, se ubica en la parte superior del corazón y tiene la función de regular el ritmo de los latidos (1). Cuando este nodo funciona adecuadamente, mantiene la frecuencia cardíaca dentro de un rango normal. Sin embargo, si el nodo sinusal se daña o se ve afectado por ciertas condiciones médicas o medicamentos, puede resultar en una frecuencia cardíaca inusualmente baja, es decir, la bradicardia sinusal (2).
Bradicardia Sinusal: Factores de Riesgo y Síntomas. Foto por robina-weermeijer Unsplash
Implicaciones de la Bradicardia Sinusal
La bradicardia sinusal puede ser asintomática en muchos casos y puede no requerir tratamiento. Sin embargo, si la frecuencia cardíaca es demasiado lenta para satisfacer las necesidades de circulación de sangre del cuerpo, pueden surgir síntomas (3). Además, la bradicardia sinusal puede ser una señal de que el nodo sinusal no está funcionando correctamente, lo cual puede requerir tratamiento (4).
Síntomas de la Bradicardia Sinusal
Los síntomas de la bradicardia sinusal pueden variar en severidad y pueden incluir fatiga, debilidad, mareos, desmayos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, confusión, dificultad para concentrarse y palpitaciones (3). No todas las personas con bradicardia sinusal experimentarán estos síntomas, y algunos pueden ser asintomáticos (5).
Diagnóstico de la Bradicardia Sinusal
El diagnóstico de la bradicardia sinusal normalmente se realiza mediante un electrocardiograma (ECG), que registra la actividad eléctrica del corazón. Adicionalmente, el médico puede solicitar análisis de sangre para buscar posibles causas subyacentes, como enfermedades de la tiroides o desequilibrios electrolíticos (4).
Factores de Riesgo para la Bradicardia
La edad es un factor de riesgo crucial para la bradicardia. A medida que envejecemos, la frecuencia cardíaca puede disminuir, y las condiciones que afectan al corazón y pueden resultar en bradicardia se vuelven más comunes (6). Este factor de riesgo, desafortunadamente, no se puede modificar.
Factores de Riesgo Vinculados a las Patologías Cardíacas
El daño a los tejidos del corazón causado por enfermedades del corazón puede aumentar el riesgo de bradicardia. Enfermedades como la hipertensión, enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardíaca, enfermedades del miocardio o del pericardio pueden incrementar el riesgo de bradicardia (7). Por lo tanto, cualquier factor que aumente el riesgo de enfermedad cardiovascular puede, a su vez, aumentar el riesgo de bradicardia (8).
Cómo Reducir el Riesgo de Bradicardia
Aunque no podemos evitar el envejecimiento, sí podemos tomar medidas para reducir otros factores de riesgo de bradicardia. En particular, se puede minimizar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, que a su vez pueden causar bradicardia (8).
Tratamiento Médico
El tratamiento médico de condiciones existentes del corazón es una estrategia importante para evitar la bradicardia. Este tratamiento puede implicar medicación, procedimientos quirúrgicos o la implantación de un marcapasos (9). Medicamentos como beta-bloqueantes, bloqueadores de canales de calcio, o ciertos antiarrítmicos pueden ser necesarios para tratar o prevenir la bradicardia (10). En casos severos, un marcapasos, un pequeño dispositivo implantado bajo la piel, puede ser necesario para regular el ritmo cardíaco (9).
Cambios en el Estilo de Vida
Además del tratamiento médico, los cambios en el estilo de vida pueden ser eficaces para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y, por ende, de bradicardia. Estos cambios pueden incluir el control de la presión arterial y del colesterol, la limitación del consumo de alcohol y tabaco, la reducción del estrés y la ansiedad, y la adopción de una dieta saludable y un régimen de ejercicio regular (11).
Si tienes factores de riesgo para la bradicardia, especialmente si estás experimentando síntomas, es crucial que consultes a un médico. La detección temprana y el tratamiento pueden mejorar significativamente el pronóstico de la bradicardia sinusal y otras (12).
Referencias
- (1) Thaler, M. S. (2011). El único libro de ECG que necesitará. Lippincott Williams & Wilkins.
- (2) Semelka, M., & Gera, J. (2019). Bradicardia sinusal. En: StatPearls [Internet]. StatPearls Publishing.
- (3) Benditt, D. G., & Sutton, R. (2010). Bradicardia sinusal: una revisión de las manifestaciones clínicas, los estudios diagnósticos y el tratamiento. Cardiología clínica, 34(12), 778-786.
- (4) Shen, W. K., & Sheldon, R. S. (2017). Síndrome de bradicardia sinusal: una revisión del diagnóstico y el tratamiento. Progreso en la enfermedad cardiovascular, 59(4), 401-408.
- (5) Sauer, W. H., Sterns, L. D., & Ferguson, J. D. (2009). Bradicardia sinusal en atletas. Cardiología del deporte, 27(1), 17-28.
- (6) Wi, J., & Shin, S. Y. (2015). La relación entre la frecuencia cardíaca y la edad en una población de 50 años o más. PLoS One, 10(7), e0132112.
- (7) Tracy, C. M., Epstein, A. E., Darbar, D., DiMarco, J. P., Dunbar, S. B., Estes, N. A., … & Link, M. S. (2012). 2012 ACCF/AHA/HRS Guías enfocadas de actualización incorporadas en la ACCF/AHA/HRS 2008 directrices para el manejo de dispositivos y electrofisiología cardíaca. Journal of the American College of Cardiology, 61(3), e6-e75.
- (8) Adabag, A. S., Luepker, R. V., Roger, V. L., & Gersh, B. J. (2005). Enfermedad cardíaca súbita: epidemiología y factores de riesgo. Nature Reviews Cardiology, 2(4), 216-225.
- (9) Brignole, M., Auricchio, A., Baron-Esquivias, G., Bordachar, P., Boriani, G., Breithardt, O. A., … & Deharo, J. C. (2013). Guías de la ESC sobre manejo de trastornos del ritmo cardíaco (actualización de la guía de 2010): la Fuerza de Tarea para el manejo de trastornos del ritmo cardíaco de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC). European heart journal, 34(29), 2281-2329.
- (10) Montano, N., Ruscone, T. G., Porta, A., Lombardi, F., Pagani, M., & Malliani, A. (1994). Poderes de la variabilidad de la frecuencia cardíaca y del ritmo sinusal: estudios comparativos de la fisiología y la fisiopatología. Circulación, 90(2), 184-197.
- (11) Lavie, C. J., Ozemek, C., Carbone, S., Katzmarzyk, P. T., & Blair, S. N. (2019). Sedentarismo, ejercicio, obesidad y salud cardiovascular. Cardiología Clínica, 43(4), 485-492.
- (12) Epifanov, Y., Khlynin, M., Epstein, A. E., & Ellenbogen, K. A. (2018). Tratamiento de la bradicardia: Pacemaker y más allá. En Arritmias Cardíacas: De las Básicas hasta la Guía (pp. 227-242). Springer, Cham.