La bartolinitis, que consiste en la inflamación de las glándulas de Bartolino, es una afección ginecológica que puede ser desconcertante y dolorosa para las mujeres que la padecen. Estas glándulas están ubicadas en los lados de la abertura vaginal y, cuando funcionan correctamente, producen un líquido que lubrica la vagina (1). Sin embargo, cuando estas glándulas se bloquean e inflaman, es cuando se presenta la bartolinitis.
¿Qué es la bartolinitis?
La bartolinitis se produce cuando las glándulas de Bartolino se obstruyen, dando lugar a la acumulación de fluidos que no pueden drenar (1). Esto puede llevar a la formación de un quiste o, si el fluido se infecta, a un absceso (1). El problema generalmente ocurre en un solo lado de la vagina y es más común en mujeres de entre 20 y 30 años (1).
Síntomas de la Bartolinitis y Formas de Prevenirla. Foto por guvo59 Pixabay
¿Qué causa la bartolinitis?
Aunque la causa exacta de la bartolinitis no siempre se conoce, puede estar asociada con infecciones bacterianas, incluyendo infecciones de transmisión sexual (ITS) como la clamidia y la gonorrea (2). Además, la bacteria E.Coli, que se encuentra normalmente en el intestino, también puede causar bartolinitis (3).
Síntomas de la bartolinitis
En muchos casos, los quistes de Bartolino son pequeños y no causan síntomas. Sin embargo, si un quiste crece o se infecta, puede llevar a la bartolinitis y a una serie de síntomas molestos (1). Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Fiebre: Las infecciones pueden causar un aumento en la temperatura corporal (1).
- Dolor: Se puede sentir dolor en el área vaginal, especialmente durante las relaciones sexuales o al sentarse (1).
- Inflamación: Puede aparecer un bulto sensible al tacto en el lado de la apertura de la vagina (1).
- Enrojecimiento o sensibilidad: La piel alrededor de la glándula de Bartolino puede enrojecerse y volverse sensible al tacto (1).
Es importante destacar que estos síntomas pueden variar de una mujer a otra y, en algunos casos, pueden ser tan leves que la mujer ni siquiera se da cuenta de que tiene un quiste de Bartolino (1).
Tratamiento de la bartolinitis
El tratamiento de la bartolinitis varía dependiendo de la gravedad de los síntomas. Los quistes de Bartolino sin síntomas pueden no necesitar tratamiento (1). Sin embargo, si los síntomas son graves o si el quiste se infecta, es posible que sea necesario un tratamiento (1).
El tratamiento puede implicar medicamentos como antibióticos para tratar la infección y analgésicos para aliviar el dolor (1). En casos más graves, puede ser necesaria una cirugía para drenar el quiste (1).
Cuándo buscar ayuda médica
Si experimentas alguno de los síntomas de la bartolinitis, es importante que busques ayuda médica. Un médico puede diagnosticar la afección y aconsejarte sobre las mejores opciones de tratamiento (1).
Prevención de la bartolinitis
Aunque no existe una manera segura de prevenir la bartolinitis, existen ciertos pasos que puedes tomar para reducir tu riesgo. Estos incluyen:
- Practicar sexo seguro: Utilizar condones durante las relaciones sexuales puede ayudar a prevenir las infecciones de transmisión sexual que pueden causar la bartolinitis (2).
- Mantener una buena higiene íntima: Limpiar la zona vaginal de manera adecuada puede ayudar a evitar la acumulación de bacterias que pueden causar infecciones (4).
- Realizar chequeos médicos regulares: Hacerte chequeos ginecológicos regulares puede ayudar a detectar problemas como los quistes de Bartolino antes de que se conviertan en un problema mayor (5).
La bartolinitis es una afección que puede causar molestias significativas, pero hay tratamientos disponibles para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. Además, aunque no es posible prevenir completamente la bartolinitis, practicar sexo seguro y mantener una buena higiene íntima puede ayudar a reducir el riesgo (1).
Referencias:
- (1) Carr, B. R., Bradshaw, K. D. (2016). “Desórdenes del tracto genital inferior”. En: Gardner, D. G., Shoback D., (eds.) Greenspan Basic & Clinical Endocrinology, 10ª edición. McGraw-Hill.
- (2) Centers for Disease Control and Prevention. (2015). “Enfermedades de Transmisión Sexual. Tratamiento y Cuidados”.
- (3) Kaper, J. B., Nataro, J. P., Mobley, H. L. (2004). “Pathogenic Escherichia coli”. Nature Reviews Microbiology, 2(2), 123–140.
- (4) Elmergreen, C. (2020). “La guía de la salud sexual para la mujer”. Ed. Planeta.
- (5) American College of Obstetricians and Gynecologists. (2020). “Well-Woman Visit”.