Su nombre científico es polistes carolina y pertenece al orden hymenoptera; sin embargo, se conoce como la avispa roja debido a su intenso color rojo. Por tal motivo, es considerada una especie muy llamativa que se encuentra principalmente en Estados Unidos, siendo más frecuente en Texas y Nebraska.
Características de la avispa roja
Si bien es cierto que su color es uno de sus rasgos más destacados, igualmente la avispa roja contiene otros aspectos físicos que le otorgan mayor singularidad, y que en consecuencia, la diferencian de otras especies además de ayudar a identificarla con mayor facilidad. En este sentido, las características más resaltantes de esta avispa, son las siguientes:
AVISPA ROJA. Foto por GeorgeB2 Pixabay
Tamaño
En cuanto a su tamaño, las avispas rojas no son las más grandes de todos los tipos de avispas, pues existen especies que superan los 2 cm de longitud; siendo este el tamaño promedio de las avispas rojas, las cuales raramente llegan a medir menos de eso. Sin embargo, es posible hallar especímenes de 1,5 cm (1).
Estructura y coloración
La forma y estructura de su cuerpo es igual al resto de las avispas; sin embargo, en lo que varían es en el color, pues como bien se ha mencionado, todo su cuerpo es de un color rojo casi marrón. Por otro lado, cabe destacar que, al igual que el resto de su familia posee un par de alas de una tonalidad muy oscura, que a veces se perciben de un tono púrpura casi negro y en otras oportunidades totalmente negras (2).
Hábitat y alimentación de la avispa roja
Como se mencionó anteriormente, las avispas rojas se hallan en la zona central y oriental de los Estados Unidos. Por esta razón, se encuentran comúnmente en lugares expuestos, como por ejemplo: en los aleros de las casas, en los exteriores de edificios, cuencas hidrográficas, entre otros (3).
Por otra parte, estas avispas suelen alimentarse de todo tipo de insectos (específicamente de los que están muertos); además de consumir moscas en la mayoría de las ocasiones, dado a que estas resultan siendo las presas más fáciles a la hora de alimentar a su familia. De modo que, es importante señalar que son avispas sociales y no solitarias, al contrario de la avispa alfarera (4).
Colonia de la avispa roja
En vista de que son seres sociales, la colonia de la avispa roja alberga tres clases avispas, es decir, existen las llamadas reinas fértiles, las obreras estériles y por último, los machos. No obstante, la colonia se empieza a construir tan pronto como llega la primavera, cuando una de hembra apareada sale de su escondite de invierno con la finalidad de hallar un lugar propicio para elaborar un nido y posteriormente, depositar sus huevos (5).
Ciclo de vida de la avispa roja
Por lo general, la actividad estacional de la avispa roja suele darse mientras que el clima se mantenga cálido; con el propósito de poder colocar alrededor de 800 huevos en un nido, los cuales son depositados únicamente por la reina fértil, quien necesitará de distintos nidos. Posteriormente, cuando los huevos eclosionan, surgen lo que se conoce como larvas resultantes, estas se dedican a comer restos de otros insectos para fortalecer su crecimiento y evolución (6).
Luego, cuando la larva completa su ciclo de vida se convierte en adulto con el objetivo de responsabilizarse a cuidar a otras larvas y por supuesto, proteger los nidos. De este modo, la reina fértil es libre de seguir colocando cada vez más huevos, mientras sea posible en cada uno de los nidos.
Comportamiento de la avispa roja
La avispa roja se caracteriza por ser muy activa durante el día y retornar a su nido por las noches. Además, este tipo de avispa no es conocida por ser agresiva, puesto a que no atacará a menos de que sienta que su nido corre peligro o se encuentre amenazado por extraños.
Por lo tanto, si existen personas que han sido picadas por este tipo de insecto, quienes ilustran que la intensidad de dolor percibida por la picadura de una avispa roja; es muy similar a una proporcionada por una avispa negra (7).
Referencias
- Carpenter, J. M.; Kojima, J. (1997). “Checklist of the species in the subfamily Polistinae (Hymenoptera: Vespidae)”. Journal of Hymenoptera Research, 6(1), 52-61.
- Day, M. C. (1988). “Field Guide to the Social Wasps of Britain”. Handbooks for the Identification of British Insects. Royal Entomological Society of London.
- Gittings, T.; O’ Halloran, J. (2002). “Biodiversity and management of Polistine wasps (Hymenoptera: Vespidae) in commercial forests in the United States”. Forest Ecology and Management, 166(1-3), 211-227.
- Evans, D. L.; Schmidt, J. O. (1990). “Insect Defenses: Adaptive Mechanisms and Strategies of Prey and Predators”. SUNY Press, 102-103.
- Schmidt, J. O. (2004). “Venom composition of social wasps”. Insectes Sociaux, 51(3), 339-350.
- Barthell, J. F.; Clement, J. L. (2004). “Mimicry in the social Hymenoptera: the case of Polistine species”. Journal of Hymenoptera Research, 13(2), 64-73.
- Akre, R. D.; Garnett, W. B. (1984). “Biology and behavior of the red wasp Polistes carolina”. Environmental Entomology, 13(4), 1083-1088.
