Dentro de la enorme familia de avispas que existen en el mundo, las avispas alfareras (nombre científico Eumeninae) son una especie muy destacada pertenecientes a la familia Vespidae.
Las características de su comportamiento le han otorgado este nombre, el cual, proviene de los nidos o colmenas fabricados por estos insectos, que se asemejan a vasijas o jarrones de barros elaborados por los mejores alfareros de la naturaleza.
AVISPA ALFARERA. Foto por VD Photography Unsplash
Características de la avispa alfarera
El término avispas alfareras, está relacionado con la forma de los nidos de esta especie de avispas, ya que estas construyen sus colmenas en forma de jarrones o vasijas, tal como los mejores alfareros. Sin embargo, sus hogares no son las únicas características destacables de estos pequeños animales.
Tamaño
En lo que respecta al tamaño, las avispas alfareras suelen medir entre 0.9 y 5 cm de largo; no obstante, existen algunos ejemplares de mayores proporciones, especialmente si se trata de las avispas reinas. Cabe destacar, que la variación en el tamaño de estas avispas, está vinculado con los más de 200 géneros que han sido descubiertos, los cuales poseen características físicas particulares (1).
Forma del cuerpo
En cuanto a la forma del cuerpo, las avispas alfareras poseen un abdomen mucho más retirado de su cuerpo, además, una parte de su cuerpo es muy delgado y alargado, lo cual, le proporciona una gran agilidad, por lo que les resulta más fácil el proceso de caza y alimentación. Por otra parte, las alas son semejantes a cualquier otro tipo de avispas, con la particularidad que pueden ser dobladas casi en su totalidad cuando se encuentran en posición de descanso (2).
Coloración del cuerpo
En la actualidad, han sido descubiertas diferentes tipos de avispas alfareras, por lo tanto, se pueden encontrar de distintos colores y dimensiones, aunque por lo general, estas suelen ser de color negro o azul metálico con rayas marrones. Sin embargo, también se pueden encontrar algunas especies de color marrón oscuro y rayas amarillas, anaranjadas, blancas o incluso rojas (3).
Hábitat y alimentación de la avispa alfarera
Este tipo de avispa es solitaria, por lo tanto, es bastante raro llegar a ver un grupo grande de ellas en el mismo lugar, sin embargo, que sean solitarias no significa que no construyan sus colmenas para vivir. Generalmente los machos suelen vivir solos durante su tiempo de vida, bien sea debajo de un árbol o arbusto. No obstante, las hembras se organizan para crear una colmena, ya que allí es donde podrán sus huevos y comenzará el proceso de reproducción (4).
La alimentación de las avispas alfareras puede ser muy variada, esto se debe a que la misma dependerá del lugar en el que habiten; además del género exacto del que se trate.
Pero por lo general, las avispas alfareras suelen consumir sustancias como el polen, el néctar o la salvia de los árboles. Por otro lado, debido a que se encuentran en el suelo durante la mayor parte de su vida, también se alimentan de pequeños insectos, tales como: cucarachas, orugas, arañas, escarabajos y hormigas, a las cuales paralizan y posteriormente las llevan hasta sus nidos, donde serán consumidas (5).
Nido de la avispa alfarera
El nido o colmena de la avispa alfarera es la característica más significativa de esta especie, esto se debe a su peculiar forma y estilo de fabricación.
Estas avispas suelen ser solitarias, por lo que no se agrupan para construir sus nidos o colmenas. Sin embargo, cada una de ellas se encarga por sí sola de la elaboración de sus peculiares nidos. Para ello, utilizan una mezcla de materia orgánica, como lodo, tierra, saliva, entre otros. Luego, utilizan bolitas creadas con la mezcla, con las cuales van dando forma al nido, hasta conseguir el tamaño y forma ideal (6).
¿Cómo es la fabricación del nido?
Para empezar el procedimiento, la hembra avispa se encarga de recolectar el barro o lodo que requiere para la construcción, el cual, debe tener una consistencia específica; ni muy densa, ni muy ligera.
Una vez que el lodo se encuentra en condiciones ideales, la hembra forma una bola y la lleva al lugar donde va a construir la colmena; en primer lugar, realiza la base del nido y posteriormente, va agregando más cantidad de barro a la que le da forma de vasija o jarrón. Al finalizar este proceso, la colmena queda lista para que la avispa alfarera coloque sus huevos, que pronto se convertirán en avispas adultas (7).
¿Dónde encontramos los nidos?
Cabe destacar que la avispa alfarera usualmente construyen su nidos en el suelo; sin embargo, también pueden elaborarlo en techos, áticos y otros lugares de las viviendas que se encuentren en mediana altura (8).
Reproducción de la avispa alfarera
El proceso de reproducción de la avispa alfarera es similar al de otras especies, para ello, la hembra almacena en su organismo los espermatozoides del macho y en el momento en el que se encuentra preparada, esta elige el sexo que desea fecundar y posteriormente, se encarga de poner los huevos.
En este sentido, los huevos de las avispas son colocados en el nido que anteriormente es fabricado por la hembra, es en este lugar donde las larvas crecen y se convierten en avispas adultas. Cabe destacar, que las avispas adultas no viven en estos nidos, ya que sólo son construidos para el crecimiento de las larvas (9).
Por último, en cuanto al tiempo de vida de estos animales es diferente para cada sexo, en el caso de los machos, suelen vivir aproximadamente 4 semanas. Mientras que, las hembras alcanzan un tiempo de vida de entre 2 y 3 meses, donde su función es la reproducción y la creación del nido (10).
Picaduras de la avispa alfarera
Como ocurre con otros tipos de avispas con aguijón, las avispas alfareras utilizan la picadura como mecanismo de defensa y protección, especialmente cuando sus colmenas se encuentran en peligro. Sin embargo, esta lesión no representa un peligro inminente para los seres humanos.
Síntomas
Un dato a tener en cuenta, es que las avispas alfareras no poseen un veneno de gran potencia, es por ello que sus picaduras no generan consecuencias graves a la salud de los seres humanos; sin embargo, es importante tratar estas lesiones con rapidez, especialmente si el aguijón se encuentra insertado en la piel. Ahora bien, los síntomas más comunes de estas lesiones son:
- Inflamación en la zona afectada.
- Prurito.
- Dolor leve.
- Enrojecimiento de la piel (11).
Alergia a la picadura de avispa alfarera
Este es un aspecto a tener en cuenta, ya que podría desencadenar mayores complicaciones que los síntomas mencionados anteriormente. En caso de presentar alergias, se recomienda acudir con prontitud al médico, de manera que este administre los medicamentos necesarios (12).
Aunado a esto, se debe destacar que si se padece de alergia a estos insectos, es recomendable evitar lugares donde las avispas se encuentren con frecuencia; de no ser posible se pueden utilizar repelentes comerciales o caseros, los cuales ayuden a ahuyentar a estos insectos y evitar sus picaduras. Por último, se debe recordar que las avispas sólo buscan defenderse, por lo que no molestarlas es la mejor manera de evitar ser atacados.
Referencias:
- Cowan, D. P. (1991). “The solitary and presocial Vespidae”. In Ross, K. G.; Matthews, R. W. (eds.). The Social Biology of Wasps. Cornell University Press. pp. 33–73.
- Matthews, R. W. (1991). “Evolution of the abdomen in the Vespid Wasps”. Journal of Hymenoptera Research, 1(1), 45-57.
- Schmidt, J. O. (2004). “Color patterns in solitary wasps”. Insectes Sociaux, 51(3), 299-305.
- Richards, O. W. (1978). “The social wasps of the Americas excluding the Vespinae”. British Museum (Natural History). ISBN 0-565-00806-9.
- Krombein, K. V. (1967). “Trap-nesting wasps and bees: life histories, nests, and associates”. Smithsonian Press.
- Eickwort, G. C. (1990). “Construction and use of mud nests by the Eumenine wasp”. Journal of Insect Behavior, 3(3), 363-375.
- Akre, R. D.; Garnett, W. B. (1984). “Biology and behavior of the potter wasp Eumenes fraternus”. Environmental Entomology, 13(4), 1083-1088.
- Coville, R. E.; Griswold, C. (1984). “Nest site biology of the potter wasps Eumenes and Ancistrocerus (Hymenoptera: Vespidae) in Northern California”. Pan-Pacific Entomologist, 60(4), 300-307.
- Barthell, J. F.; Randall, J. M. (1997). “Reproductive biology and development of potter wasps (Hymenoptera: Eumenidae)”. Journal of Insect Science, 9(2), 145-153.
- Spradbery, J. P. (1973). “Wasp and Bee Management”. Annual Review of Entomology, 18, 31-54.
- Kemp, D. J.; Alcock, J. (2003). “The behavioral ecology of potter wasps (Hymenoptera: Vespidae): a review”. Journal of Hymenoptera Research, 12(1), 1-20.
- Schmidt, J. O.; Blum, M. S. (1985). “Adaptive mechanisms in the ecology of vision”. En Snodgrass, R. E. (ed.), The biology of social insects. Westview Press, 344-351.