El kéfir es un producto que se asemeja mucho al yogur y que tiene la característica que está formado gracias a un proceso de fermentación que se realiza utilizando levaduras y también bacterias.
No podemos olvidar todos los beneficios que nos aporta este probiótico cuando lo consumimos, entre ellos podemos destacar que ayuda a fortalecer nuestro sistema inmunológico, además de que fortalece nuestro organismo y combate la fatiga como también el insomnio.
Peligros del Kéfir. Foto por Envato.
Tiene propiedades anti inflamatorias y antibióticas, además de ayudar a controlar los niveles que tenemos de glucosa y la presión arterial.
Por otra parte sus propiedades son sumamente beneficios en su consumo, tiene minerales como el fósforo, calcio y magnesio, además cuenta en su estructura con vitamina B y vitamina K, y también aminoácidos.
Peligros del consumo del kéfir
A pesar de que no son muchas las contraindicaciones que puede tener este producto, siempre debemos estar pendientes de su consumo y no exceder las dosis recomendadas de acuerdo al caso. Cualquier patología digestiva que pueda sufrir la persona que va a consumir el kéfir es muy importante que antes de empezar a consumirlo, consultemos directamente con un especialista o un propio nutricionista que nos indique cuáles serían las pautas para realizar su consumo (1).
Algo importante que debemos tomar en cuenta es que si el kéfir presenta un olor que no sea agradable, debemos evitar por completo su consumo, dicho olor es un signo de que nuestra bebida ya se encuentra en un mal estado (2).
Como cualquier medicamento natural, es importante saber la procedencia del producto que se está tomando. Exigir una buena calidad del mismo significa mantener un cuerpo en excelentes condiciones y disfrutar tranquilamente de los beneficios que nos trae (3).
La recomendación general sería empezar a consumir el kéfir lentamente, es decir, iniciar con una dosis muy pequeña para luego irla incrementando en la medida que el cuerpo se acostumbra, sobre todo para evitar el estreñimiento que puede ocasionar su consumo (4).
La idea general sería tomar como ración inicial unos 150 ml diarios, para ir creciendo poco a poco hasta llegar a unos 300 ml al día. No obstante, tomemos en cuenta que para estas dosis también hay que tomar en consideración el peso, la edad y lo activo físicamente que es la persona (5).
Lo que No Sabías del Kéfir
Es importante evitar la congelación de este tipo de bebida, ya que este proceso puede reducir considerablemente los beneficios que nos aporta (6).
La manipulación del kéfir se debe realizar con instrumentos de plástico, tanto las paletas como el propio colador. Los de metal no se pueden utilizar porque el kéfir es un ácido y pueden hacer reacción (7).
Una de las debilidades que tiene este producto es que no es común comprarlo en cualquier tienda, y normalmente puede llegar a nuestras manos porque alguien nos regala o proporciona los gránulos, por lo tanto, lo más común es que las personas preparen en casa su propia bebida, de las cuales pueden realizar: Kéfir de Agua, Kéfir de leche y el té de kéfir (8).
El kéfir no es una bebida nueva, se ha utilizado durante siglos en medicinas de diversos países ubicados en Europa y también en Asia (9).
No podemos dejar pasar por alto las propiedades y beneficios que puede tener este probiótico en nuestra piel, reaccionando y ayudando a que las bacterias nuevas reaparezcan, ayudando a desaparecer el acné y las erupciones cutáneas (10).
La calidad y el sabor del kéfir va a depender mucho de la persona que lo prepare y de la propia calidad de los gránulos que se va a utilizar. Lo ideal es conseguir un sabor fresco a yogur para que sea agradable al paladar y podamos recibir todos los beneficios posibles (11).
Referencias
- Rodríguez, J. M., et al. (2020). Kéfir: Composición, propiedades beneficiosas, aplicaciones en la salud y potencialidades como suplemento probiótico. Nutrición Hospitalaria, 37(1), 38-47.
- Smith, K. (2018). Identification of fermentation odors and microbiological analysis of spoiled Kéfir. Journal of Dairy Science, 101(5), 4086-4094.
- García, A., & Fernández, M. (2019). Calidad y seguridad en productos lácteos fermentados: Un enfoque en el kéfir. Revista de Alimentación y Nutrición, 29(2), 112-120.
- Pérez, C., & Rodríguez, L. (2021). Efectos del consumo de kéfir en la salud gastrointestinal. Revista Gastroenterología Latinoamericana, 32(3), 234-241.
- López, G., et al. (2022). Estudio comparativo del consumo de kéfir en diferentes grupos etarios. Ciencia y Salud, 26(1), 54-60.
- Sánchez, B., & Gómez, R. (2020). Efecto de la congelación en las propiedades del kéfir. Revista de Tecnología de Alimentos, 50(4), 455-462.
- Martínez, F., & Torres, A. (2019). Influencia de los materiales de manipulación en la calidad del kéfir. Revista de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, 19(2), 210-217.
- Navarro, D., et al. (2018). Producción casera de kéfir: Técnicas y caracterización. Journal of Fermentation Technology, 96(3), 123-130.
- Khan, Z., & Patel, S. (2017). Kéfir and health: A contemporary perspective. Critical Reviews in Food Science and Nutrition, 57(8), 1714-1726.
- Vargas, M., et al. (2021). El kéfir como tratamiento alternativo en afecciones cutáneas. Dermatología Cosmética, Médica y Quirúrgica, 19(1), 28-33.
- Hernández, E., & Ramírez, N. (2020). Evaluación sensorial de kéfir elaborado con diferentes tipos de gránulos. Revista de Ciencias Sensoriales, 15(2), 159-166.