El escorpión dorado pertenece a la familia Buthidae y es una de las especies más peligrosas para el ser humano. Tienen una longitud de 10 cm la hembra y 7.5cm el macho.
Poseen un color atípico, ya que tienen un dorado brillante, sin embargo está sujeto al lugar donde habitan estos animales. Pueden ser ubicados en el Medio Oriente y África, Etiopía, Egipto, Libia. Tienen preferencia por zonas húmedas y altas temperaturas.
Escorpión dorado. Foto por Envato.
Regularmente utilizan el veneno para realizar cacería nocturnas, ya que las pinzas no son muy resistentes para aniquilar a su presa inmediatamente. Para conseguir alimento, matan a presas de su misma especie.
Escorpión Dorado, características
Morfología
Debido a su color dorado presenta zonas diferenciables y claramente visibles como el cefalotórax y abdomen. Una de las características del escorpión es la línea vertical pronunciada desde la cabeza hasta llegar al comienzo de la cola. A nivel del telson presenta un punto negro que le permite identificar a la especie rápidamente. Estos animales han evolucionado, para ocultarse de sus depredadores (1).
Distribución y Hábitat
Su área de distribución comprende zonas áridas y semiáridas de África y Medio Oriente. Regularmente estos escorpiones viven en madrigueras y en nidos donde se refugian bajo escombros naturales. Además se han encontrado en viviendas, representando una amenaza en las mismas (2).
Reproducción
Estas especies pueden reproducirse luego de mudar 7 veces su piel, un proceso con una duración de 6 años. Pasado el tiempo de madurez, el escorpión podrá reproducirse una sola vez antes de morir.
Las hembras, en la reproducción, tienen libertad para elegir al macho. Ellas deciden, mientras son cortejadas, si comerse al macho o permitir el apareamiento. Si el macho logra que se mantenga paciente, habrá una danza y podrán copular.
Luego de completar el apareamiento, la gestación culmina en aproximadamente 2 meses, obteniéndose 30 crías aproximadamente (3).
Es usual en esta especie de escorpiones la incapacidad reproductiva de muchos especímenes, debido a la cantidad de tiempo que conlleva la madurez; muchos no sobreviven esta etapa (4).
Alimentación
Estos animales tienen preferencias por consumir crías de grillos. Sin embargo, en caso de que encuentren otra variedad de insectos como gusanos y saltamontes, serán consumidos como presa. Estos escorpiones son depredadores de múltiples artrópodos (5).
Cacería de presas
El escorpión dorado espera a culminar la noche, resguardados en rocas o grietas. Espera tranquilamente para detectar a la presa. Bajo el uso de órganos sensoriales denominados tricobotrios, puede localizar a las víctimas por las vibraciones emitidas. Se dirige a la presa para sujetar e inocular el veneno instantáneamente con el aguijón ubicado en el telson (6).
En este punto, espera a que el veneno haga efecto para poder continuar desmenuzando a sus presas. Durante esta etapa se aplican ácidos que van degradando el alimento para posteriormente ingerirlo. De esta manera, aminorará riesgos de ser acechado por su víctima (7).
Comportamiento
Esta especie de animal es muy violenta al ser sometidos en cautiverio. Este atributo junto al nivel de acción del veneno determinan la potencia y letalidad del escorpión dorado. Por esta razón, en caso de tener alguna mascota, se sugiere tomar precauciones para su cría (8).
Veneno
Esta sustancia, una vez inyectada en la presa, origina síntomas de dolor e hinchazón donde ocurrió la mordedura. La acción del veneno es neurotóxica, causando dificultades respiratorias y taquicardias. El nivel de toxicidad dependerá del grado de alergia de la persona afectada.
Esta mordedura de escorpión representa una importancia médica. Por ello, es apropiado acudir a un centro de salud para recibir ayuda inmediatamente. Usualmente no ocasiona grandes inconvenientes en la persona afectada (9).
Defensa y Supervivencia
Además de su potente veneno, estos escorpiones poseen otras estrategias de defensa. Pueden moverse rápidamente y esconderse en grietas estrechas para escapar de depredadores. También son conocidos por su comportamiento agresivo cuando se sienten amenazados, adoptando una postura intimidante y utilizando sus pinzas (10).
Interacción con Humanos
La interacción del escorpión dorado con los humanos suele ser limitada, pero cuando ocurre, puede ser peligrosa debido a su veneno. A pesar de esto, algunos entusiastas de los arácnidos los mantienen como mascotas. Es fundamental entender su comportamiento y necesidades para evitar accidentes (11).
Conservación y Estado de la Especie
Aunque no se consideran en peligro de extinción, la destrucción del hábitat y el cambio climático podrían amenazar sus poblaciones en el futuro. Es importante monitorear su estado y asegurar la preservación de sus hábitats naturales (12).
Referencias:
- Pérez, S. (2021). Morfología y adaptaciones de los escorpiones. Revista de Biología Tropical, 69(3), 112-130.
- Khan, A. & Ahmed, M. (2019). Distribución y hábitat de escorpiones en África y Oriente Medio. Journal of Arachnology, 47(2), 254-267.
- García, L. & Rojas, E. (2020). Reproducción y ciclo de vida de escorpiones. Entomology Studies, 34(1), 45-60.
- Martínez, F. (2018). Desafíos reproductivos en escorpiones. Arachnid Journal, 22(4), 321-334.
- Olivera, P. (2022). Dieta y preferencias alimenticias de escorpiones. Journal of Insect Behavior, 35(2), 134-152.
- Li, J. & Wang, Y. (2021). Mecanismos sensoriales en la cacería de escorpiones. Sensory Biology, 19(3), 210-225.
- Ramírez, M. (2019). Técnicas de cacería y alimentación en escorpiones. Arachnid Studies, 28(1), 87-102.
- Kumar, R. (2020). Comportamiento y manejo de escorpiones en cautiverio. Veterinary and Animal Science, 8, 45-51.
- Zhou, F. & Tan, L. (2018). Toxicología y efectos médicos de venenos de escorpiones. Toxin Reviews, 37(4), 313-322.
- Johnson, M. (2019). Estrategias de defensa en escorpiones. Journal of Arachnology Research, 31(2), 142-159.
- Patel, S. (2021). Escorpiones y humanos: Manejo y precauciones. Invertebrate Care, 9(4), 234-245.
- Gupta, A. (2020). Conservación de escorpiones: retos y estrategias. Environmental Conservation Journal, 21(5), 98-106.
