El término artritis es una palabra que a menudo se usa indistintamente para describir una amplia gama de condiciones que causan dolor en las articulaciones. Sin embargo, una condición que a menudo se confunde con la artritis es la artralgia. Aunque ambos términos implican dolor articular, tienen diferencias fundamentales en términos de sus causas, síntomas y tratamiento(1).
Definición y Diferencias Entre Artritis y Artralgia
La artralgia es un término médico que se usa para describir el dolor en una o más articulaciones, sin signos evidentes de inflamación. Por otro lado, la artritis se caracteriza por la inflamación de una o más articulaciones, que suele venir acompañada de dolor (artralgia)(1).
DIFERENCIA ENTRE ARTRITIS Y ARTRALGIA Foto por falco Pixabay
Entonces, la diferencia principal entre ambos términos radica en el hecho de que la artritis implica inflamación y rigidez de las articulaciones, mientras que la artralgia se refiere estrictamente al dolor articular. Ambas condiciones son distintas, pero la aparición de una puede llevar a la aparición de la otra(2).
Factores Causantes: Artritis vs Artralgia
Además de sus diferencias definitorias, la artritis y la artralgia también se distinguen por las causas subyacentes que contribuyen a su desarrollo(1).
La artritis puede ser causada por una serie de factores, como el sobrepeso y la obesidad, las lesiones en las articulaciones, la osteoartritis, y la artritis reumatoide. También existen otros tipos de artritis menos conocidos pero igual de perjudiciales, como la artritis psoriásica, la artritis séptica y la gota(3). Cada uno de estos tipos de artritis tiene sus propias causas y mecanismos de desarrollo, que pueden incluir desde desequilibrios metabólicos hasta infecciones bacterianas.
Mientras tanto, la artralgia puede ser desencadenada por una variedad de condiciones, incluyendo la propia artritis, dislocación de la articulación, tendinitis, hipotiroidismo, cáncer óseo, artrosis, y esguinces articulares(4). A estos se pueden agregar factores de estrés físico como el exceso de uso o esfuerzo de la articulación, la mala postura y la debilidad muscular. En algunos casos, la artralgia puede ser el resultado de enfermedades sistémicas, como el lupus o la fibromialgia, que causan dolor en todo el cuerpo.
Artritis y Artralgia: Un Enfoque en la Sintomatología
Aunque ambas condiciones comparten síntomas comunes, la artritis y la artralgia presentan características distintivas en su sintomatología. Tanto la artritis como la artralgia pueden manifestar dolor y rigidez en las articulaciones, sensación de calor en la zona afectada, y dificultad funcional(1,2).
Los síntomas de la artritis pueden variar dependiendo del tipo y la gravedad de la condición, pero suelen incluir dolor y rigidez articular que se agravan con la actividad física, hinchazón y calor en la articulación afectada, y en algunos casos, fiebre, pérdida de peso y fatiga(3). En el caso de la artritis reumatoide, los pacientes también pueden experimentar inflamación en otros órganos y sistemas del cuerpo(5).
En contraste, los síntomas de la artralgia suelen ser menos severos y más localizados, manifestándose principalmente como dolor en la articulación afectada(4). Sin embargo, la artralgia puede variar en intensidad y frecuencia, desde un leve malestar que se intensifica con el movimiento hasta un dolor agudo y constante que limita la movilidad y la calidad de vida del individuo.
Tratamiento y Manejo de la Artritis y la Artralgia
El tratamiento para la artritis y la artralgia se centra en aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad de la articulación. Esto puede implicar una combinación de medicamentos, fisioterapia, cambios en el estilo de vida y, en casos severos, cirugía(3,4).
En el caso de la artritis, el tratamiento puede incluir medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), corticosteroides, modificadores de la respuesta biológica y agentes antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD). Los ejercicios de fisioterapia y los cambios en la dieta y el estilo de vida también pueden ser beneficiosos para mejorar la movilidad y reducir el impacto de la enfermedad en la calidad de vida del paciente(3).
Por otro lado, el tratamiento de la artralgia se enfoca en aliviar el dolor y prevenir su reaparición. Esto puede incluir analgésicos, fisioterapia y modificaciones del estilo de vida, como la adopción de una postura correcta, la realización de ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, y la evitación de actividades que pongan estrés excesivo en la articulación(4).
Es fundamental distinguir entre la artritis y la artralgia para una evaluación y tratamiento adecuados. Si bien ambos términos están relacionados con el dolor articular, sus diferencias radican en la presencia de inflamación y las condiciones subyacentes que las provocan. Comprender estas diferencias puede ayudar tanto a los médicos como a los pacientes a abordar y manejar mejor estas condiciones.
Referencias
- Firestein, G. S., & Budd, R. C. (2020). Kelley and Firestein’s Textbook of Rheumatology (10th ed.). Elsevier.
- Scott, D., & Wolfe, F. (2018). Rheumatology E-Book: Evidence-Based Clinical Practice (6th ed.). Elsevier.
- Smolen, J. S., Aletaha, D., & McInnes, I. B. (2016). Rheumatoid arthritis. Lancet (London, England), 388(10055), 2023–2038. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(16)30173-8
- Goldenberg, D. L. (2019). Differential diagnosis of pain around the hip joint. Arthritis Care & Research, 37(6), 989-999.
- McInnes, I. B., & Schett, G. (2017). Pathogenetic insights from the treatment of rheumatoid arthritis. Lancet (London, England), 389(10086), 2328–2337. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(17)31472-1