Es probable que hayas oído hablar de la sarna o escabiosis, una afección que puede impactar tanto a humanos como a animales (1). Si alguna vez te has preguntado si es contagiosa, la respuesta es sí. Aquí te explicaremos cómo se produce el contagio, el ciclo de vida del ácaro, los factores de riesgo para la infección, y qué medidas puedes tomar para prevenirla.
¿Por qué se contagia la sarna?
La sarna es una enfermedad que afecta la piel, manifestándose mediante una serie de bultitos de color rojizo, también conocidos como ronchas (2). Estos bultitos generan una comezón intensa en quien la padece, un síntoma que puede ser extremadamente molesto y difícil de gestionar (1).
¿Cómo se contagia la sarna? Características y formas de evitarla. Foto por antony-robinson. Envato.
Este fenómeno es causado por la reacción alérgica a la picadura o mordedura de un ácaro minúsculo pero perjudicial (2). Este ácaro tiene la capacidad de esconderse en sábanas, colchones, alfombras, cortinas y demás objetos que no se limpian con frecuencia y que les permiten entrar en contacto con personas y animales (3).
El ciclo de vida del ácaro de la sarna
Comprender el ciclo de vida del ácaro de la sarna puede ayudar a entender por qué esta enfermedad es tan contagiosa. Los ácaros hembra perforan la piel y ponen huevos, los cuales eclosionan para producir larvas (1). Las larvas migran a la superficie de la piel, donde maduran y pueden propagarse a otras áreas del cuerpo o a otras personas (1). Los ácaros pueden vivir en un huésped humano durante aproximadamente un mes, y las hembras pueden poner decenas de huevos durante su vida (2).
Factores de riesgo para la infección por sarna
Cualquier persona puede contraer sarna, pero hay ciertos factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de infección. Estos incluyen vivir o trabajar en condiciones de hacinamiento, tener un sistema inmunitario debilitado y tener contacto cercano, especialmente piel con piel, con una persona infestada (4). Los niños, los ancianos y aquellos con discapacidades también están en un riesgo mayor (4).
El contagio de sarna puede ocurrir principalmente a través del contacto directo con una persona o animal que ya ha sido infestado. Sin embargo, no es sólo el contacto piel con piel lo que puede provocar el contagio. También puede propagarse a través del intercambio de ropa, sábanas y objetos de uso personal con alguien que ya sufre de esta afección (1).
¿Cómo evitar que la sarna se contagie?
Ya que la sarna puede propagarse de un animal o de una persona a otra tanto por contacto directo como indirecto, es imprescindible minimizar el contacto con aquellos que están infectados (5). Esto puede ser fundamental para reducir el riesgo de contraer escabiosis.
Asimismo, es recomendable evitar compartir la ropa de cama, las prendas de vestir y cualquier otro objeto con personas que presenten brotes de sarna (5). En caso de tener a una persona infectada en casa, es vital cambiar la ropa de cama con regularidad, ventilar las habitaciones y redoblar las medidas de higiene en general (5).
Consecuencias de no tratar la sarna
Si la sarna no se trata, puede llevar a complicaciones serias. La intensa comezón puede causar heridas en la piel que pueden infectarse (1). En los casos más graves, la sarna puede causar una condición llamada sarna noruega o escabiosis nodular, que es una forma severa y altamente contagiosa de la enfermedad (4).
Diagnóstico y tratamiento de la sarna
Si sospechas que tienes sarna, es importante que busques atención médica. El diagnóstico se realiza generalmente mediante un examen físico y, en ocasiones, mediante una prueba de piel (1). El tratamiento suele incluir medicamentos que matan los ácaros y alivian los síntomas (5). Todos los miembros del hogar y otras personas cercanas también pueden necesitar tratamiento para prevenir la reinfestación (5).
La sarna es una enfermedad contagiosa que se puede prevenir tomando las medidas adecuadas (5). Estar informado acerca de cómo se propaga y qué hacer para evitar su transmisión es fundamental para mantenerse libre de esta molesta y desagradable afección. Recuerda que en caso de presentar síntomas o tener dudas, es importante acudir a un profesional de la salud para recibir asesoramiento y tratamiento adecuados (5).
Referencias
- (1) Chosidow, O. (2006). Escabiosis clínica. The New England Journal of Medicine.
- (2) Currier, R. W., Walton, S. F., & Currie, B. J. (2010). Escabiosis en humanos y animales: historia, biología y mitos. International Journal for Parasitology.
- (3) Karimkhani, C., Colombara, D. V., Drucker, A. M., Norton, S. A., Hay, R., Engelman, D., … & Naghavi, M. (2017). La carga global de la escabiosis: una revisión transversal de 37 años. American Journal of Tropical Medicine and Hygiene.
- (4) Engelman, D., Kiang, K., Chosidow, O., McCarthy, J., Fuller, C., Lammie, P., … & Steer, A. (2013). Hacia el control mundial de la escabiosis: desarrollo de una estrategia de salud mundial. The Lancet Infectious Diseases.
- (5) Arlian, L. G., & Morgan, M. S. (2017). Una revisión de la escabiosis: avances en la biología, diagnóstico y tratamiento. Parasites & Vectors.